El expresidente de Estados Unidos Donald Trump anunció sus planes para lanzar su propia red social, en su más reciente intento por recuperar un espacio en internet tras ser vetado de Twitter y Facebook a raíz del violento ataque de sus seguidores contra el Capitolio.
“TRUTH Social” será propiedad de Trump Media & Technology Group (TMTG) y se espera que inicie en versión beta para “invitados” el mes próximo.
TMTG, por su parte, pretende lanzar un servicio de video a la carta que pasará programas de entretenimiento “no-woke” y será dirigido por Scott St. John, productor ejecutivo de los programas “Deal Or No Deal” y “America’s Got Talent”.
Originado en Estados Unidos, el término ‘woke’ alude a tener conciencia de la desigualdad social, tanto con relación a la raza, como al género y la orientación sexual.
“Creé TRUTH Social y TMTG para plantar cara a la tiranía de la Big Tech”, dijo en el boletín Trump, vetado de las redes sociales más tradicionales por incitar el ataque al Capitolio de sus seguidores el pasado 6 de enero.
“Vivimos en un mundo en donde los talibanes tienen una amplia presencia en Twitter, sin embargo su presidente estadounidense favorito ha sido silenciado. Es inaceptable”, afirmó el exmandatario.
El grupo en tanto se fundirá con la compañía Digital World Acquisition Corp (DWAC) para hacer de TMTG una empresa que cotiza en bolsa, según el boletín.
“La transacción valora el grupo Trump Media & Technology inicialmente en u$s875 millones, con una posible ganancia adicional de u$s825 millones en acciones suplementarias (al valor que se conceda) para una valoración acumulada de hasta u$s1.700 millones en función de la evolución del precio de las acciones después de la combinación de negocios”, precisa el comunicado.
“Dado el mercado total al que se puede dirigir y la amplía cantidad de seguidores que tiene el presidente Trump, creemos que TMTG tiene el potencial de crear un valor significativo para los accionistas”, añadió en el texto Patrick Orlando, jefe de DWAC.
La batalla por la libertad de expresión escaló cuando Facebook, Instagram y el resto de las mayores plataformas de redes sociales mundiales lo vetaron como castigo por azuzar a la multitud que se adentró en el Congreso en enero.
Desde entonces, el ex mandatario ha estado buscando la manera de recuperar su megáfono, al interponer varias demandas contra las grandes plataformas tecnológicas.
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