El 18 de julio de 1994, la Argentina vivió una de sus tragedias más grandes, que aún sangra. A las 9:53 de la mañana, un cochebomba explotó en la puerta de la Asociación Mutual Israelita Argentina en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, causando 85 muertos y más de 300 heridos. A 27 años, la causa se encuentra plagada de irregularidades, y aún sin culpables.
“En la ciudad quedamos conmovidos cuando nos enteramos del atentado. Entre todo eso, decidimos autoconvocarnos en la sede de la Asociación Israelita de Beneficencia de Rosario y viajar a Buenos Aires para acompañar a nuestros hermanos que estaban inmersos en la desolación y la barbarie”, comenzó Diego Czarny, ex presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas Rosario, en diálogo con RedBoing. Y continuó su relato: “En la noche de ese día llegamos unas 10 personas y fuimos directamente a Pasteur 633, donde está la AMIA. Son imágenes que quedaron grabadas para siempre. Nunca podré olvidar lo que era la montaña de piedras, cuando movíamos los escombros en busca de sobrevivientes”.
La misma noche de la desgracia, desde el Estado de Israel enviaron especialistas para el rescate. El grupo que llegó al país fue uno con mucha experiencia, de vital importancia para salvar a la mayor cantidad de personas posible. Mientras tanto, la investigación, que por esas horas comenzaba, ya daba mal sus primeros pasos.
“La causa tiene irregularidades desde el mismo 18 de julio. Enseguida se sembraron pistas falsas, desaparecieron de la policía federal escuchas telefónicas que tenía Telleldín”, señaló el integrante de la comisión de asuntos jurídicos de la DAIA Argentina. Del mismo modo, se refirió al rol del juez Juan José Galeano: “Fue imputado y condenado por encubrimiento junto al ex presidente Carlos Menem. Todo esto forma parte de las irregularidades e impunidad que pesa sobre el proceso”.
Asimismo, Czarny detalló que “este fue un atentado a la sociedad argentina en general. La AMIA es una institución nacional, la sociedad argentina fue la que sufrió un atentado. Murieron judíos y no judíos. Hubo centenares de heridos”. En tanto, apuntó: “Muy probablemente hubo un móvil antisemita, pero si atacás a la AMIA, que es una institución que tiene más de 100 años en la República Argentina, estás agrediendo a gente que vive en la Argentina, contra ciudadanos argentinos”.
La investigación judicial se realizó mediante dos causas, ambas a cargo del juez Galeano. La principal fue la “Causa AMIA” (n.º 1156) abierta el día del atentado, que tuvo como único detenido a Carlos Alberto Telleldín y la llamada “Causa Brigadas” (n.º 1598), abierta en octubre de 1995, en la que estuvieron varios años detenidos los policías bonaerenses Juan José Ribelli, Raúl Edilio Ibarra, Mario Roberto Bareiro, Anastasio Ireneo Leal, Bautista Alberto Huici, Jorge Rago, Alejandro Burguete, José Miguel Arancibia, Oscar Eusebio Basigalupo, Marcelo Gustavo Albarracín, Claudio Araya, Daniel Emilio Quinteros, Víctor Carlos Cruz.
“Esto ocurrió hace 27 años y la causa a estos momentos se encuentra paralizada. La principal, que es el atentado a la AMIA, no se ha podido dar con los responsables. Hay imputados, que son los funcionarios y diplomáticos iraníes, sobre los que pesan pedidos de captura lanzados por el Tribunal argentino para que comparezcan aquí y que el proceso pueda avanzar. Pero por una cuestión de desidia, negligencia o impericia, está estancada”, manifestó quien ofició como presidente de la DAIA local.
Ante la imposibilidad de lograr que los imputados iraníes comparezcan ante la Justicia argentina, desde la comunidad israelita argentina entienden que una alternativa es implementar el juicio en ausencia, que es una herramienta del Derecho Internacional para avanzar en causas en las que los imputados se niegan a declarar ante los Tribunales.
A modo de conclusión, Czarny afirmó: “Por supuesto que es una herida abierta. No ha habido condenas. No hay detenidos. Es una asignatura pendiente, no solo para la comunidad judía, sino para toda la sociedad argentina”.
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