Durante el tratamiento de un proyecto en la Organización de Estados Americanos (OEA), Argentina se abstuvo de condenar las violaciones a los Derechos Humanos cometidos por la dictadura sandinista. La condena fue apoyada por 26 países, entre ellos Estados Unidos, Chile, Colombia y Perú.
La Casa Rosada compartió su voto con Belize, República Dominicana, Honduras y México. Y otra vez, como sucedió en la ONU con su posición sobre los ataques terroristas de Hamas contra Israel, el territorio quedó por afuera de sus socios del Mercosur: Brasil, Uruguay y Paraguay condenaron al régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
Ortega y Murillo ejecutaron una masacre contra la población civil en abril de 2018. Desde ese momento, la dictadura sandinista fue cada día más feroz, y siempre sufrió la condena internacional en las Naciones Unidas y la OEA. De hecho, el gobierno de Alberto Fernández había votado a favor de los derechos humanos en Nicaragua durante una sesión sobre este tema en la ONU. Y se aguardaba que en la OEA repitiera su posición exhibida en la ONU.
El embajador argentino en la OEA, Carlos Raimundi, votó abstención frente a un proyecto de resolución que exige a Ortega y Murillo que termine con las persecuciones políticas y que garantice la transparencia de las próximas elecciones presidenciales.
Hasta la votación de Raimundi, la Argentina siempre había votado en contra del régimen sandinista. En tiempos de la embajadora Paula Bertol, la administración de Mauricio Macri asumió una posición de estricta crítica a la dictadura que lideran Ortega y Murillo.
Comentarios