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Mundo

Bolsonaro se mantuvo en silencio y no salió a reconocer la derrota

Con la victoria en el balotaje de este domingo, Lula da Silva volverá a la presidencia de Brasil en enero del 2023. Sucederá al mandatario Jair Bolsonaro, su rival en la segunda vuelta, quien hasta últimas horas de la noche había evitado referirse al resultado electoral. El silencio atronador del jefe de Estado genera preocupación ante las múltiples declaraciones sobre un presunto fraude en su contra. En paralelo, la comunidad internacional saludó al líder petista y valoró la transparencia de los comicios, en un claro mensaje hacia el ultraderechista.

Minutos antes de las 20 horas, el Tribunal Superior Electoral manifestó el reconocimiento del triunfo de Lula en las presidenciales al señalar que el candidato del PT “es elegido matemáticamente a la presidencia de la República con el 50,83% de los votos” mientras que Bolsonaro obtenía el 49,17%”.

La confirmación del resultado final trajo aparejada la algarabía en el seno petista y las calles poco a poco fueron inundándose de rojo, con festejos en las principales ciudades del país. La historia volvía a ponerse del lado del histórico partido de centroizquierda.

Mientras tanto, del otro lado de la vereda, lo que en principio fue un rezo multitudinario para sostener la buena performance de los primeros datos – Bolsonaro comenzó arriba en el escrutinio -, cerca de las 20 la tendencia comenzó a revertirse y Lula pasó al frente. A partir de allí, la fe se transformó en llanto.

Sin embargo, del presidente brasileño poco se supo. No formuló declaraciones luego de ser derrotado y según informó la prensa local permaneció en la residencia oficial, donde se reunió con su candidato a vice, general Braga Netto.

Hasta las 23 horas, Bolsonaro no había enviado un saludo a Lula, reconociendo su derrota y felicitando a su rival por el triunfo. Y de acuerdo a versiones periodísticas permanecía en el Palacio de Alvorada, donde no quiso atender llamadas de sus ministros, informó el diario Folha de Sao Paulo.

Según consignó la agencia AFP, las luces de la residencia oficial presidencial fueron apagadas.

Con la derrota de esta noche, el líder de ultraderecha se transformó en el primer presidente de Brasil que no logra acceder a una reelección. Bolsonaro ha lanzado mensajes contradictorios sobre si reconocerá los resultados en caso de derrota. El viernes aseguró que lo haría: “El que tenga más votos, gana”.

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