La Dirección de Infancias de la municipalidad de Rosario procedió a la clausura del establecimiento ubicado en el barrio de Albertdi en el cual su directora fue filmada por vecinos maltratando a los niños. El escándalo salió a la luz por una mujer que reside en una vivienda lindera. La mujer declaró que no volverá a abrir.
Una vecina oyó en varias oportunidades los gritos de la agresora para con los niños, y los llantos de los mismos, por lo que decidió tomar cartas en el asunto. Al jardín, ubicado en Chiclana al 900, asistían menores de entre uno y 4 años. En las imágenes se puede ver cómo ante la mirada de una de las docentes, la directora sacudió y empujó a algunos niños.
Los padres de los niños se enteraron de los ataques a partir de los videos colgados en redes. Allí, dieron muestra de su bronca y comenzaron a atar cabos respecto a actitudes y marcas con las que regresaban sus hijos de la institución.
El Centro de Asistencia a la Víctima y al Testigo del Delito (CAV), se hizo cargo de la situación y realizó la denuncia ante el Ministerio Público de la Acusación. Desde el organismo remarcaron que las imágenes son “escalofriantes” y valoraron la existencia de un video de prueba para demostrar las agresiones.
La mujer que tomó las imágenes sería citada en las próximas horas como testigo de la causa y presentaría cerca de 30 videos más en los que se podría ver los maltratos de parte de la directora del jardín.
Alejandrina, abuela de uno de los chiquitos afirmó angustiada en diálogo con Joaquín Tell en el móvil de Radio Boing: “Nunca pensé que a mí nieto de tres añitos esta mujer esta mujer le iba a hacer eso. Los chicos estaban sometidos. Muchas gracias a la vecina que dio todo a la luz”. Y añadió: “Esto se debía haber sabido antes”.
Asimismo, destacó que la mujer tenía problemas económicos y pedía dinero por adelantado a los padres. “Se ve que los niños se habían acostumbrado. Yo le preguntaba al nene si la maestra era buena y él me decía que sí. Pero los chicos salían con hambre y sed. No estaban cuidados ni alimentados”.
Martin, uno de los denunciantes que viven al lado del jardín contó a RedBoing que pudo ver los hechos desde la ventana de la habitación de su hijo y destacó: “Desde noviembre de 2020 que funciona pero por la pandemia nunca llegaron a abrir de manera concreta. Cuando empezaron a tener chicos escuchamos muchos gritos, vimos que lloraban y a medida que eran más niños la situación era peor”.
“Empezamos a mirar por la ventana de mi hijo que da al patio del jardín y vimos el maltrato por parte de la dueña”, destacó. Y añadió: “Intentamos hablar con un grupo de padres sobre el tema para advertirles lo que estaba pasando pero hicieron caso omiso. Le creyeron a la dueña que dijo que estaba todo bien y no había ningún tipo de problemas”.
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