Luego de siete temporadas seguidas, Ángel Di María se despidió del Paris Saint Germain a lo grande. Campeón, con un gol y una asistencia en su última presentación con esa camiseta. Tras haber anotado ante el Metz, el rosarino no pudo contener las lágrimas, y su mujer, Jorgelina Cardoso, tampoco.
A los pocos minutos del gol, el entrenador lo reemplazó por Ander Herrera y el estadio parisino se vino abajo con una ovación. Si previamente, cuando gritó el gol se le pusieron todos los ojos vidriosos, la situación se repitió cuando saludó a todos sus compañeros al salir de la cancha. En uno de los palcos, su esposa Jorgelina Cardoso se emocionó al unísono. Sus hijas, que posaron con él en la formación previa al pitazo inicial, también lo acompañaron en su última función.
“Poder disfrutar de todo esto es algo muy lindo para mí. Después de 7 años maravillosos, irme de etsa manera es inolvidable. Es normal llorar, son muchos años acá, son momentos muy importantes en mi vida, es la mitad de mi carrera en esta ciudad e irme así es lo mejor que me podía haber pasado”, manifestó luego del pitazo final. Además, desde las pantallas del estadio transmitieron un video con sus mejores goles tras el cierre del encuentro y entonces sí pudo despedirse definitivamente.
“Ángel Di María definitivamente ha marcado la historia del club”, dijo Nasser Al-Khelaïfi, presidente del París Saint Germain. “Será recordado por los fanáticos como un jugador de espíritu impecable, que mostró un compromiso inquebrantable con la defensa de nuestros colores”, agregó el mandamás de la institución que viene de consagrarse campeona de la Ligue 1 del fútbol en Francia.
Por su parte, Mauricio Pochettino también lo había elogiado en la conferencia de prensa previa al duelo con Metz: “Me parece un grandísimo jugador, excepcional, con una trayectoria increíble. En siete años ha hecho grandísimas cosas y es uno de los mejores de la historia con esta camiseta”.
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