La barbarie en el Bosque fue otro capítulo del desastre en que se convirtió el fútbol local, dentro y fuera de la cancha. Chiqui Tapia y la Liga Profesional habían prometido copiar el modelo de la Premier League y denominaron pomposamente “El producto” al torneo argentino.
Un campeonato que cambia de formato todos los años, que anula descensos y se juega en canchas para 5 mil personas o con un escenario atrás de un arco.
Los equipos argentinos hace años que no le pelean de igual a igual a los brasileros en copas internacionales, salvo alguna campaña de River o Boca.
Los jugadores emigran al exterior apenas pueden, pibes de 16 años prefieren debutar en la segunda división de algún cuadro europeo antes que llegar a la primera de su club. Las ligas de Ecuador o de Chile resultan atractivas para el que pueda hacer la diferencia económica con el pase, en un país con su moneda tan devaluada como el fútbol.
Hace poco mataron un hincha en Tucumán y el partido se jugó igual. Los barras son cada día más dueños de los clubes, apretaron jugadores en Santa Fe y Mar del Plata y el gremio no paró el torneo.
Hemos naturalizado jugar sin hinchas visitantes y que la policía reprima en los accesos a los estadios. Hoy en La Plata hubo un muerto y podrían haber sido muchos más. ¿Cuál es el límite?
Este espanto en el que se ha convertido el fútbol argentino no es pura responsabilidad de Tapia y de los dirigentes que lo avalan, porque también como sociedad, fuimos dejando que esto nos pase.
Si cada domingo la gente y los trapos vuelven a ir a un estadio pese a todo, es solamente por esa pasión que tenemos los hinchas argentinos, que a esta altura ya resulta casi inexplicable.
Y mientras la AFA encima partidos para terminar el torneo antes que empiece el mundial, sólo resta pensar que si llegamos a Qatar con ilusión es porque ninguno de los 11 titulares de la Scaloneta alcanzó a jugar más de 100 partidos en su club en Argentina: si lo hubieran hecho, probablemente tendríamos una selección mucho más parecida a la mediocridad que vemos en las canchas de nuestro país.
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