El resultado preliminar de la autopsia confirmó que María Alejandra Abbondanza murió de un traumatismo de cráneo provocado con un elemento contundente. En ese marco, la principal hipótesis indicaría que el vecino de la víctima, Agustín Leonel Chiminelli, habría usado una mancuerna gris, de hierro engomado, para cometer el crimen.
Después, la habría descartado en una bolsa de residuos en un domicilio a 50 metros de la escena del crimen. La mujer de 38 años fue encontrada el pasado sábado descuartizada y carbonizada en la casa de sus vecinos.
A dos cuadras de la vivienda, la Policía encontró la ropa ensangrentada de Alejandra en un terreno baldío, junto con el pretal y la correa de su perro “Pochi”, al que había sacado a pasear el viernes cuando desapareció. Sin embargo, el can fue hallado suelto a la madrugada. Los efectivos revisaron la basura en la zona y dio con la mancuerna, un buzo y una toalla, todo con sangre.
Con esos datos, la fiscal dispuso un allanamiento de urgencia en la casa del sospechoso, donde coincidían las bolsas que tenía y la descubierta junto al elemento con el que se habría cometido el crimen, y los restos quemados de la mujer fueron encontrados en la parrilla ubicada en la terraza.
Los investigadores suponen que Agustín Chiminelli, de 24 años, no pudo haber ocultado el crimen sin ayuda de sus familiares, que estaban en el lugar del hecho. De ese modo, se detuvo también a sus padres Carlos Rubén Chiminelli, de 69 años, y Liliana Esther Sánchez, de 64 años, acusados de ser cómplices.
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