El VIH y el SARS-Covid-2, dos virus que se desencuentran en un lugar. El Sida comenzó a discutirse en los años 80’, mientras que el coronavirus surgió en 2019. Sin embargo, mientras que aún se busca lograr la vacuna para el primero, en los últimos meses de 2020 aparecieron varias para el segundo.
El infectólogo Jorge Galíndez explicó a RedBoing los motivos. Entre tanto, comenzó explicando que son virus distintos. “Mientras el VIH es un retrovirus, el coronavirus es viral”, afirmó. De ahí que a la hora de hallar un antídoto para el covid ya se tenía información del SARS-Cov 1, lo que permitió un desarrollo mucho más veloz.
Del mismo modo, el especialista planteó que “si uno lo ve desde el punto virológico no se puede hacer comparaciones porque el VIH se integra en el núcleo de la célula como parte del ADN. Entonces es difícil encontrarlo y una vez hallado, es difícil sacarlo. Inclusive, tiene puntos donde se esconde llamados “santuarios”. Por otro lado, indudablemente no se le ha dado la misma importancia que al coronavirus”. Y añadió sobre las vacunas: “El desarrollo se hace por medio de la OMS y la industria farmacéutica. En Argentina hay sitios que están contribuyendo. Y en el mundo hay 2 estudios que son muy potentes”.
Por ese motivo, consideró que “en un plazo de 2 o 3 años podemos tener un antídoto si los resultados de los estudios son satisfactorios”. No obstante, para entender el desarrollo de este tipo de vacunas, Galíndez explicó que la forma de ver el resultado es en alguien que tenga una vida sexual altamente activa y con una inmunidad superior al 90% de los casos.
Así, el Jefe del Servicio de Clínica Médica del Hospital Escuela Eva Perón destacó que la falta de inversión en lograr una vacuna tiene que ver con la cantidad de población afectada. En ese sentido, también explicó que “una vez que uno está infectado, los tratamientos actuales sacan el virus de la sangre y este vuelve a su estado de reclusión. Hoy sabemos que una persona que está en tratamiento puede tener una vida sexual activa sin protección, aunque se recomienda que no lo haga”.
“Calculo que en Argentina unas 130.000 o 140.000 personas están infectadas. Es mucho. Con los tratamientos la curva se ha estabilizado. Pero sabemos que no es eterno”, añadió a la hora de poner cifras. De esta manera, se detuvo en los jóvenes donde subrayó que “el contagio sucede, son una población de riesgo. A veces la persona está contagiando y no lo sabe”.
“La gente se sigue muriendo de VIH, pero es incomparable con la que se ha llevado el coronavirus. El sida permite tratamientos, internaciones, etc. Es distinto”, cerró.
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