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Opinión
POR ANDRÉS CÁNEPA

Juntos por el Cambio oscila entre la alianza grande y la disputa interna

Angelini, Pullaro y Chumpitaz.

Fue una semana movida en cuanto a las acciones internas en Juntos por el Cambio. Los sectores de Federico Angelini y Maximiliano Pullaro comenzaron a realizar agenda conjunta para acercar a las partes, mientras que el sector de Julián Galdeano y Carolina Losada fortalece el vínculo con los díscolos de la conducción institucional del PRO, y con los radicales Mario Barletta y José Corral. El movimiento de fichas no se limita al frente JxC sino que las reuniones cruzadas alcanzan al socialismo, con quien buscan generar el Frente de frentes mientras se estabilizan las relaciones de poder internas.

Tal vez Anglini, desde la conducción del PRO y su vice presidencia nacional en el partido, y Pullaro, con pertenencia explícita y de gestión al Frente Progresista, son las dos alas más duras de Juntos por el Cambio. Ambos, reconociendo esa lejanía, y con el respeto que se tienen, decidieron comenzar a trazar un camino en conjunto y una agenda en común. El acercamiento, de todas formas, tiene que ver también con el pasado de la gestión en Seguridad tanto de Pullaro en la provincia como de Patricia Bullrich en la Nación, en donde el vicepresidente del PRO nacional Angelini era el eslabón en la relación, y gestionaron juntos muchas políticas públicas en la materia.

Como bandera, desde ambos sectores sostienen que cuando trabajaron juntos disminuyeron un 20 por ciento los homicidios en la provincia, y ese tiene que ser el modelo de gestión a seguir. Descartar los temas que los separan y fortalecer aquellos puntos en común para llegar al acuerdo programático.

En ese sentido, esta semana aparecieron dos fotos. Una fue de los presidentes de los partidos PRO, UCR y Coalición Cívica de la provincia, Cristian Cunha, Carlos Fascendini y Lucila Lehmann respectivamente, que se juntaron y redactaron un documento donde plasman desafíos de trabajo para este 2022 y las próximas elecciones del 2023. Y la otra de Pullaro con el mismo Angelini, en una fábrica junto a Gabriel Chumpitaz, diputado nacional y el primer eslabón de acercamiento del radicalismo NEO al macrismo en las elecciones pasadas.

Carlos Fascendini, presidente UCR, Cristian Cunha, presidente PRO, y Lucila Lehmann, presidenta CC.

Algunos dirigentes del PRO sostienen que gracias a pensar de manera individual y no colectiva, los dos senadores que colocó Juntos por el Cambio en sus bancas fueron del radicalismo. Si eso no se revierte de cara al próximo armado, puede volver a suceder, porque el radicalismo también llegará fortalecido en el plano nacional en su disputa contra el Frente de Todos, en donde la grieta marca la cancha.

Más allá de limar asperezas, también es una demostración de fortaleza contra el sector que ganó la interna el año pasado y quiere seguir fortaleciendo lazos con dirigentes PRO de la provincia que se han alejado de la conducción formal del partido. Galdeano sabe que con su alfil Losada tiene margen para negociar e imponerse. La foto apareció después de la de los presidentes y de la visita a la fábrica, y se los puede ver a los senadores Losada y Dionisio Scarpín, el ex presidente PRO Schliepper, la concejala Anita Martínez, la concejala Soledad Ruiz de Galarreta, la diputada PRO Germana Figueroa Casas, y los militantes PRO Lucas Incicco, Germán Mastrocola y Germán Pugnaloni, entre otros.

Ese acuerdo se extiende a la figura de Mario Barletta, diputado nacional y ex embajador de Cambiemos en Uruguay, y el ex intendente de Santa Fe y Presidente del Comité Nacional de la UCR José Corral. En ese esquema, Galdeano y Barletta piensan en fortalecerse desde el plano nacional y puede llegar a disputar “por arriba” la conducción del espacio, con el poder de los votos de Losada y las relaciones con Lousteau y Manes. Además, Losada será vice presidenta del Senado de la Nación, y por su pasado laboral abre puertas a sectores del poder real de medios y empresarios.

En este esquema interno todavía desordenado, es difícil entender cómo encuadraría el ingreso del Partido Socialista al armado. Sin embargo, nadie niega reuniones y charlas telefónicas con los sectores de Antonio Bonfatti y del lifschitzmo. Fue el mismo ex gobernador Bonfatti el que borró el límite del PRO que alguna vez había establecido y dijo que hay que ir hacia un “acuerdo programático” para enfrentar al peronismo. Es conocido también el buen diálogo de Joaquín “Popi” Blanco y del presidente de Diputados Pablo Farías con los sectores radicales que dieron el salto del Frente Progresista a Juntos por el Cambio. Sin embargo, exponer esto en tareas políticas concretas aún no convence a ninguno de los dos sectores del partido de la rosa.

Javkin, el ordenador

Un eslabón fundamental, y ordenador del espacio sin lugar a dudas, es Pablo Javkin. Comenzó a generarse en el imaginario popular colectivo la idea de que, ante la falta de candidatos con gestión ejecutiva, sea el intendente de Rosario quien pueda competir en la carrera a la Casa Gris. Sin embargo, sería riesgoso para el primer mandatario municipal sortear el capital político construido en Rosario con un escenario tan revuelto en el esquema provincial.

Javkin atravesó una gestión sinuosa, en la que tuvo que ordenar el área financiera municipal –recibió una deuda importante de proveedores y un déficit operativo alarmante- y luego la pandemia. Eso hizo que su trabajo, hasta acá, fue más administrativo que de logros políticos para mostrar. Sin embargo, le quedan dos años para salir a buscar al ciudadano desencantado y poder capitalizarse de cara a una posible reelección en 2023.

Para eso, tiene que mirar el distrito y tiene poco margen para poder salir a recorrer la bota santafesina. Se suma su estado de salud, que por más que sea un tema personal, se pone arriba de la mesa a la hora de la toma de decisiones estratégicas. Que esté o no preparado desde lo físico también es una arista a analizar para propios, y para extraños que lo pueden llegar a ver como una amenaza a las construcciones que vienen pensando.

Todos los sectores de Juntos por el Cambio coincide en que Javkin sería el candidato de todos –si es generoso- y que el Frente de frentes lo acompañaría en bloque con una candidatura única en la ciudad de Rosario. Ante esa posibilidad, a nivel provincial todos los sectores vaticinan un cuadro de internas abiertas para definir el candidato a gobernador.

Foto: Mauro Montenegro para RedBoing

Para competir a gobernador, Javkin analizará si tiene asegurado el distrito sin su imagen como garantía. Hoy su mejor candidata potencial es María Eugenia Schmuck, presidenta del Concejo, y cuenta con el periodista Ciro Seisas, que ganó las elecciones pasadas a concejales, para poder jugar categorías provinciales de ser necesario. Franco Bartolacci, rector de la Universidad Nacional de Rosario y aliado estratégico del intendente y marido de Schmuck, también puede jugar un rol preponderante en las elecciones a partir de su buena gestión en la casa de estudios. Esas son las fichas que puede mover, en conjunto con su buena relación tanto con Pullaro como con Scarpín.

Todos se hablaron con todos en este potencial Frente de frentes. Enero y febrero fue de acercamientos, charlas, asados, cafés y estrategias para el 2022. Pero para que Juntos por el Cambio piense en ampliar las bases, primero deberá ordenar la casa.

Por Andrés Cánepa

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