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Opinión

Un manto de realidad

Tras la victoria en el balotaje de la alianza LLA-PRO, se prendieron las turbinas de la política y la rosca para las negociaciones sobre el gabinete nacional estuvo en la plana mayor de la prensa durante toda la semana. El marco institucional que le aporta el macrismo garantiza gobernabilidad, y funciona como una especie de contralor para calmar al círculo rojo. Los acuerdos locales, en revisión por el rol protagónico del partido amarillo en el próximo gobierno nacional. Mientras tanto, Javkin prepara el anuncio de su gabinete.

La figura de Mauricio Macri tomó un rol preponderante desde que ocurrieron las PASO en agosto pasado. Primero por lo bajo y luego asumiendo el protagonismo tras el resultado magro de las generales, gestó el gran acuerdo que le permitió vencer holgadamente en el balotaje a Milei contra el peronismo. Fue un manto de garantía para los votantes de JxC y eso se vio en las urnas, pero también para empresarios, productores agropecuarios y el poder real.

Dos días después de las primarias, el ex presidente y el actual primer mandatario electo se vieron las caras. Desde esa jornada, se abrieron negociaciones entre los actores principales de las mesas de trabajo de ambos para arriba a los acuerdos generales que le permita a este próximo gobierno sumar gente, ganar en institucionalidad y posibilitar sortear los embates de las estructuras peronistas que pueden ser un escollo en la toma de decisiones profundas que pretende este nuevo esquema.

Entre esos actores estaba Federico Angelini, integrante de la mesa chica de Macri junto a Triaca, De Andreis y Bullrich, que tuvo su bala de plata después de un año difícil desde lo personal y lo colectivo por las flacas cosechas en las urnas de sus candidatos en lo local y lo provincial. Él mismo había decidido apostar por Losada y acompañarla como vice, y tampoco le había salido. Pero, si bien le costó caro ese proceso, hoy nuevamente toma un rol protagónico debido a la última chance con la que contaba: el triunfo de Milei con el apoyo incondicional de Macri, que gestó este armado conjunto de los 8 ministerios y toda la planta política del Estado nacional.

Fotografía: Farid Dumat Kelzi

Eso lo coloca en las charlas directas con Guillermo Francos y Karina Milei, y será un nexo directo entre la provincia, la ciudad de Rosario y el gobierno central. Hace un mes algunos actores se mostraban construyendo un nuevo liderazgo en el partido amarillo, y ahora, ante este resultado, hay que barajar y dar de nuevo desde los jefes políticos provinciales y locales debido al espacio clave que ocupará Angelini. De hecho, hasta están pensando qué huecos quedan libres, qué cabos quedaron sueltos en el armado para hacerle un lugar y darle juego en Rosario y Santa Fe al espacio que él lidera. Difícil que cambien de raíz los acuerdos ya firmados, pero puede haber algún trueque si Javkin y Pullaro interpretan rápido el nuevo paradigma de poder nacional.

Ante la incertidumbre que genera el gobierno de Milei, sin confirmaciones oficiales y con filtraciones informativas durante los últimos días que generaron rispideces entre el presidente y la vice, entre LLA y el PRO, y que puso en evidencia lo inmaduro aún de este nuevo espacio político incipiente, tener un nexo directo para los gobiernos locales, alguien a quien ir a tocarle la puerta con la certeza que llegará el pedido a las oficinas del presidente o del funcionario a cargo del área, no es una herramienta a despreciar.

Al margen de lo que sucede en el plano nacional, Javkin tiene casi cerrado el gabinete que lo acompañará en los próximos cuatro años. De los 14 secretarios sólo continúan 4, lo cual marca una renovación potente en el armado de la gestión rosarina. Repiten Gianelloni, Manganelli y Labayru en Desarrollo, Movilidad y Control respectivamente, y Chale sale de Producción para ir a la secretaría de Gobierno. Otro que repite y crece en jerarquía es Rogelio Biazzi, que absorbe parte de Modernización y será jefe de Gabinete, ya no coordinador. Suben de rango y pasan a ser secretarios Matheus en Turismo, Valentini en Cultura, Soledad Rodríguez en Salud y Boggiano en Economía, y el PRO ofreció el nombre de Leandro Lopérgolo para Producción. Miguel Tessandori será el secretario General, que vuelve a tener rango, y se hará cargo de los distritos y la otra parte de Modernización.

Fotografía: Farid Dumat Kelzi

El intendente busca un gabinete que represente a este nuevo frente político que es Unidos, e intenta empoderar desde lo público a cada jefe de área con vocerías constantes en los medios, bastante diferente a lo que fue la centralidad discursiva que tuvo en estos primeros cuatro años. Su intención es tener una voz política en Chale, y técnicos en cada área que puedan enfrentar los micrófonos sin depender de él, con el claro objetivo de liberarse y comenzar a construir poder provincial a futuro.

Los tiempos que corren son de cambio. Pocos gobiernos pudieron sostenerse después de la pandemia y Argentina no fue la excepción. Milei interpretó mejor que nadie que había que hablar de futuro y de propuestas, por más alocadas que sonaran, y así cosechó su capital político que lo llevó a la Casa Rosada. Ahora, con el teorema de Baglini más vigente que nunca, se encontró con la realidad de frente y tuvo que aplicar su pragmatismo para poder garantizar la institucionalidad ante algunas medidas impopulares, pero necesarias según él, que piensa tomar.

Macri dijo, como autocrítica a su gobierno, que hubiera hecho lo mismo, pero más rápido. Tal vez ese sea el plan de Milei, y habrá que ajustarse los cinturones bien fuertes, porque no conocemos cuáles serán las consecuencias en los números ni en lo social. Milei, y Francos, tenían en claro que sin estructura partidaria no podían armar el gobierno, siquiera. Y que ahora, además, los necesitan para construir el poder que les permita dar el puntapié inicial en un gobierno distinto a los que conocimos en este siglo.

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