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Opinión

La vida por una banca

Hay una guerra fría detrás del armado de cara a las próximas elecciones provinciales. Más allá de las muestras de voluntad de poder para gobernar la provincia a partir del 10 de diciembre, las negociaciones de muchos dirigentes pasan por la lista de diputados provinciales, que se utiliza como moneda de cambio para el armado y los apoyos específicos. El frente de frentes y el Frente de Todos miran atentos a la Cámara baja y tanto los partidos que conducen como los menores buscarán quedarse con escaños.

Ser diputado provincial es el sueño de varios. Algunos, además, lo soñaron tanto en el pasado que ahora que llegaron no se quieren ir. Es un terreno fértil por sus tiempos y sus recursos para dedicarse, desde una banca, a hacer política por toda la provincia. Genera relaciones con los medios y con instituciones, con otros espacios políticos y te puede convertir en uno de los que están en las alturas de los teatros haciendo mover a los títeres que muestran su cara públicamente.

Con la presentación de Omar Perotti como candidato a diputado provincial, siguiendo la línea que inició Bonfatti y que continuó Lifschitz, se especula con que se lleve los 28 legisladores como prevé la Constitución provincial para quien gane las elecciones. A partir de eso, en el espacio del gobernador hay una disputa entre todos los dirigentes que integran el gabinete, los cercanos a él y muchos presidentes Comunales e intendentes que quieren estar en ese orden de mérito. Como es una categoría paralela a la que se lleva todas las luces, y con boleta única, es difícil competirle al gobernador de turno desde la oposición por estructura y nivel de conocimiento a lo largo y a lo ancho del territorio.

Allí muchos ministros comenzaron la ronda de consulta para saber si el jefe de Estado los está teniendo en cuenta para integrar la lista junto a él, y el run run en los pasillos de la Casa Gris está que arde. Por el momento sólo se sabe que encabeza el gobernador, pero no más que eso. Primeras, segundas y terceras líneas miran con expectativas ciertas la posibilidad de recluirse en la Legislatura, sobre todo por la tendencia de cambio de color en el gobierno después de la derrota en el 2021. Hasta hay llamados cruzados con especulaciones entre los mismos integrantes del gobierno con la sensación de que los están dejando afuera.

Por su parte, hay listas del peronismo que no van a tener lugar en el armado de Perotti y le van a hacer la interna en las PASO. El Movimiento Evita, el espacio de Luis Rubeo, también el Cachi Martínez y el rossismo van a tener sus exponentes para competir por un lugar en Diputados, con la expectativa de poder mezclarse luego del recuento de votos con el sistema D’Hont entre los 28. Allí la apuesta de los espacios minoritarios es sostener lo que tienen -una banca cada uno- y ver si, en todo caso, dan el golpe y pueden ganar algo de espacio.

En la oposición la negociación está difícil. Haciendo números finos, en el frente de frentes se agrupan 11 partidos. Cuatro son espacios colectivos grandes, pero después aparecen varios unipersonales. De los 22 lugares hipotéticos que quedan en juego, todos van a querer poner un representante propio, aunque no van a ser en su totalidad de este espacio que tiene en miras gobernar la provincia. Hay otros sectores de centro izquierda de Carlos Del Frade y de Rubén Giustiniani que tienen sus candidatos, y en las últimas dos elecciones pudieron meter 2 representantes cada uno, al menos, en diputados. A su vez, quedan los liberales que van a tener seguramente representación y se pueden quedar con algún escaño más.

Si los lugares a repartir son 10, la discusión se va a poner tensa de cara al cierre de listas del 12 de mayo en esta fusión entre el Frente Progresista y Juntos por el Cambio. El socialismo quiere, por ejemplo, 3 diputados en lugares expectantes. El PRO quiere aumentar su volumen actual -propia tiene a Ximena Sola– y va a buscar alguno más, por lo menos. CREO debe sostener a Ariel “el Facha” Bermúdez y buscará, en la negociación, sumar algún nombre más. El PDP se conforma con la banca para Gabriel Real, su presidente, y el GEN también con una para Mónica Peralta. Lo mismo sucede con Encuentro Republicano Federal, que quiere repetir con Betina Florito. El espacio de los liberales del pastor Walter Ghione intentará sostener su espacio de 3 o 4 diputados. A todos ellos, los radicales de Pullaro y los correligionarios de Julián Galdeano y Carolina Losada también necesitan algunas bancas para sostener su estructura, más allá de la puja por la conducción de la Casa Gris. En ese sentido, hay que pensar en 3 de cada lado, por lo menos, a la hora de sentarse en una mesa.

Lógicamente, no habrá una sola lista en esta categoría en el frente opositor. El grupo que se presentó en Vera esta semana, se entiende, va a tener, al menos, dos listas separadas ya que el socialismo anticipó que ellos van a presentar un candidato propio, y el resto negociará fuertemente para saber cómo cierra la otra. A su vez, una tercera desde el lado de Pullaro va a aparecer sí o sí, por lo cual, ese cupo de 10, bancas más bancas menos, va a ser muy corta para las expectativas de todos los actores.

Las pujas pueden menguar por la real posibilidad de ejercer el poder desde la oposición a partir de diciembre, más allá de la interna fuerte que va a haber entre Losada, Pullaro y Clara García -esquema lógico por el momento. Pero sin dudas que las necesidades que van a plantear algunos históricos de la Cámara baja como Galdeano, Real, Peralta o Bermúdez, sumado a los que quieren seguir estando después de su primera oportunidad como es el caso de algunos socialistas y radicales, van a generar una disputa feroz en el tramo final antes del cierre de listas.

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