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Opinión

Las redes, el debate y los fiscales

El clima se tensiona. Mientras el territorio se prepara para la fiscalización del próximo domingo -clave para la suerte de los dos candidatos ante la inminente paridad que intuyen ambos campamentos- los dirigentes de Juntos por el Cambio se picantean en las redes sociales. El cruce de Macri y Morales, con dardos cruzados al límite de lo institucional, sacudió una estantería política que ya estaba vibrando al borde del derrumbe. En la previa del debate, Massa busca mover a la tropa a través de mensajes dirigidos a los propios y negocia con los dirigentes territoriales que trabajen y militen voto a voto. En Santa Fe, a Pullaro se le bajó un soldado clave del gobierno antes de comenzar y agitó las aguas calmas en el camino hacia la Casa Gris.

Mauricio Macri tomó un protagonismo inesperado tras las elecciones generales de octubre. Su apoyo le dio a Milei institucionalidad y le brindó calma a un sector grande del electorado que acompañó a Patricia Bullrich. Nadie puede reprocharle la decisión actual: hace un año llevó la propuesta de incorporar a La Libertad Avanza a Juntos por el Cambio, y los dirigentes que integraban esa mesa se lo rechazaron. Se mantuvo sin sacar los pies del plato hasta que la marca quedó fuera de competencia. Liquidado Larreta, sin juego su alfil y ex ministra de Seguridad, salió del closet y armó, de facto, el frente político que él siempre pretendió.

Foto: Farid Dumat Kelzi

Ayer, el tweet out of context contra Gerardo Morales, a quien lo pega a Milagro Sala diciendo que los dos van a votar al mismo en el balotaje, hizo estallar por los aires la tensa calma que había en Juntos por el Cambio tras el sacudón inicial del abrazo entre Milei y el ex presidente. El gobernador jujeño y presidente de la UCR no demoró en responder y se dio una discusión a cielo abierto digna de dos militantes de base, pero estamos hablando de dos dirigentes que comandan los hilos de este país.

Mientras tanto, en Santa Fe, el PRO más duro, los liberales dentro de Juntos por el Cambio y los libertarios de Milei están coordinando el trabajo de la fiscalización en nuestro territorio. Unificaron los equipos de trabajo, juntaron voluntarios por doquier para cuidar el voto el 19, e intentan consolidar el acuerdo a partir de tareas en conjunto. El macrismo aporta estructura en los barrios populares de las ciudades grandes y llegada a algunas localidades en las que La Libertad Avanza no llega por la inmadurez en el desarrollo político, mientras que la frescura del candidato nuevo y el entusiasmo por el balotaje le permite conseguir gente nueva que se ponga el overol y pelee en el escrutinio en cada una de las mesas.

El objetivo es que Milei gane Santa Fe por 10 puntos, para que mantenga el número que analizan en la mesa chica del PRO para que el libertario sea competitivo. Con buenas perspectivas en Córdoba y Mendoza, la elección se la juega en nuestra provincia y en el conurbano bonaerense. La paridad que anticipan los dos equipos de campaña hacen que la fiscalización de Milei sea clave para poder competir contra el oficialismo, y ese es el aporte que hizo Macri en el acuerdo. Viene llamando dirigente por dirigente él mismo, en persona, para que nadie se duerma con el armado de las mesas en las escuelas desde la primera hora del día.

En el peronismo hay confianza de que la estructura de los gobernadores, los gremios, los movimientos sociales y los intendentes, sumado al apoyo implícito de la mayoría de los radicales, el socialismo y el temor al histriónico nuevo dirigente político le den la victoria a Massa. La campaña prolija desde que comenzó, en términos discursivo, y cuidar que la última semana no haya novedades en términos económicos -que no haya otro episodio como el de la nafta-, le dan un plus a un candidato que quedará en los libros de la historia por ser el ministro de Economía de un país con 150 puntos de inflación y un dólar que triplicó su valor en 1 año.

La apuesta de cara al debate para Massa es mostrarse tranquilo, pero confrontando con las políticas que el libertario supo proponer y que ahora intenta rechazar. En la recta final, Milei acusa a los medios, las redes y sus adversarios de “malinterpretarlos” y se ha dedicado a desmentir ideas que salieron de su boca o de su plataforma de campaña. Es parte el formateo que tuvo desde el acuerdo con Macri y buscará en el enfrentamiento cara a cara de hoy de mantener el temple, mostrar su conocimiento en economía y pegar a Massa con el kirchnerismo, tal como lo hizo Villarruel con Rossi el miércoles en TN.

Por su parte, Pullaro tuvo su primer traspié fuerte en el armado del próximo gobierno provincial. Su ladero, arquitecto de la campaña y armador territorial Felipe Michlig, que estaba en el esquema como el próximo ministro de Gobierno, finalmente anunció en una entrevista a un medio santafesino que se quedará en el Senado representando al departamento San Cristóbal. Algunos ruidos en las localidades que lo integran por sumarse al ejecutivo, sumado a diferencias con el propio Pullaro por la elección de los nombres y las funciones que iban a tener en la gestión, hicieron que tome esa decisión que sorprendió a los extraños, pero más a los propios.

Felipe Michlig no será el ministro de Gobierno en el nuevo gabinete

Otro factor que influyó en su decisión, además del conflicto en su territorio y el ruido en el armado, es que para poder asumir como ministro pensaban, junto con Lisandro Enrico, primero jurar como senadores y después pedir licencia para hacerse cargo de las carteras del gobierno. Michlig no estaba de acuerdo con esta maniobra por su ética política, y terminó inclinando la balanza para quedarse en la Legislatura y ser un soldado de Pullaro en los proyectos de reforma que envíe el próximo gobernador.

Todavía es prematuro hablar el nombre que pueda reemplazar a esa pieza clave, pero aparecen allí varios laderos del equipo de Maxi que pueden por su experiencia y conocimiento del territorio provincial hacerse cargo de la conducción del área más política de todas. Puede haber un enroque de ministros, o aparecer algún tapado para ese lugar. Aún sin definiciones. Este es el riesgo que corría el gobernador electo al anticipar tanto tiempo antes el gabinete, y si bien es un golpe que se siente, no modifica el plan inicial de un gobierno de núcleo duro, con aliados estratégicos y gestión 24/7.

La política está en ebullición. Se viene el debate, el balotaje, las presentaciones de los gabinetes locales y la reconstrucción del mapa político nacional post elecciones. Un país en constante movimiento que ha tenido un frenético 2023 al que todavía le quedan varios capítulos por narrar. Show time.

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