Tras años de negociación, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) logró cerrar el acuerdo para que Carlo Ancelotti se convierta en el nuevo entrenador de la selección de Brasil. Sin embargo, la confirmación de su llegada no estuvo exenta de polémica: el presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva manifestó públicamente su desacuerdo con la elección del prestigioso técnico italiano.
“No tengo nada en contra de que un extranjero esté al mando de la selección nacional, pero hay entrenadores en Brasil que podrían dirigir al equipo”, aseguró Lula en declaraciones al medio O Globo. Sus palabras reabrieron un viejo debate en el fútbol brasileño sobre la dirección técnica de la Verdeamarela y el rol de los técnicos nacionales.
El mandatario fue más allá y se refirió a los desafíos que enfrentará Ancelotti: “Si analizamos su biografía, es un gran entrenador. Era un buen jugador y es un buen entrenador, pero el problema en Brasil es que tenemos escasez de jugadores. No es lo mismo que teníamos antes”.
Con tono crítico, Lula comparó la actual generación con otras históricas: “Si comparamos esta camada con las de 58, 62, 70, 82, 86, 2002 y 2006, esta es más frágil. Sólo hay que recordar nuestros delanteros de 2002 y 2006 para ver que estamos lejos de eso”.
Además, propuso una alternativa para revitalizar el equipo nacional: “Ya se lo dije al presidente de la CBF. Me gustaría intentar un experimento convocando a los mejores jugadores que terminan el Campeonato Brasileño. El torneo ha terminado, hagamos una selección con los 22 mejores jugadores a ver qué pasa. Creo que sería lo mismo o mejor que llamar desde cualquier parte del mundo”.
Mientras tanto, Ancelotti se prepara para asumir el enorme desafío de liderar a la Verdeamarela, con la presión de devolverle el prestigio a una selección que, según muchos referentes, atraviesa una etapa de transición.
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