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Opinión

El PRO se rearma: alianzas con radicales, la mirada nacional y los ordenadores locales

Bullrich y Angelini, presidenta y vice presidente del PRO.

El PRO redirige su estrategia de armado y objetivo electoral en Rosario y Santa Fe. Después de una década de buenas sorpresas y crecimiento a nivel nacional y provincial, busca plantarse en las bases que lo trajeron hasta acá y recuperar los conceptos que, tal vez, hoy fueron arrebatados por otros sectores. Lo que dejó la derrota en la interna el año pasado, la posibilidad o no de un frente de frentes y la mirada nacional como ordenadora de lo local.

La mesa del PRO a nivel nacional está integrada por un dirigente de la provincia de Santa Fe, y que además es vicepresidente del partido, Federico Angelini. Desde allí bajó con la directiva de fortalecer los vínculos con los radicales durante este 2022, y sentar las bases del frente electoral hacia el año próximo.

Coordinar el escenario de un espacio político en conjunto, con reglas claras desde la institucionalidad partidaria que él ostenta, es uno de los mandatos para el tiempo que resta antes de que lleguen las candidaturas en la provincia y en la Nación. En ese orden, el sello partidario desde la UCR lo controla Maximiliano Pullaro, con quien Angelini ha construido una estrecha relación y hasta comulgan en visiones sobre políticas provinciales, y en críticas al gobierno de Omar Perotti. Y, por qué no, pensar un camino electoral conjunto. Con Pullaro viene trabajando codo a codo Gabriel Chumpitaz, integrante del PRO, y desde allí se anclaron las relaciones institucionales del partido.

Angelini, Michlig, Pullaro, Bastía y Cunha, en un acto en San Guillermo.

Además, el diálogo es fluido con otro dirigente de fuste del radicalismo provincial, Julián Galdeano, al cual se lo respeta internamente por el triunfo en las PASO el año pasado con su alfil Carolina Losada a la cabeza. Su participación es fundamental, además, para sentarse a charlar de candidaturas, ya que en las mediciones hoy la periodista tiene una luz de ventaja por sobre el resto y puede tranquilamente ser una de las jugadoras en la competencia del 2023 camino hacia la Casa Gris.

Dentro de las tareas pendientes,  está el trabajo sobre las reglas de un frente político, previo a que se definan candidaturas. Programa de gobierno, institucionalidad de los partidos, reglas de juego interna, potenciar la fortaleza individual, están en la agenda de los dirigentes. Tienen la idea de potenciar cada sello partidario, y mostrarse unidos en la disputa con los gobiernos provincial y nacional. El apuro de mostrarse todos unidos de principios de año se fue desvaneciendo y hoy cambió la estrategia.

Por el momento, el PRO piensa en presentar un candidato a gobernador. Angelini se anota en la carrera aunque no es una condición sine qua non para que participe del esquema, y aparecen otros nombres para competir por el cargo. Luciano Laspina, diputado nacional y rosarino que defendió las leyes impositivas del gobierno de Macri desde la presidencia de la Comisión de Presupuesto, Jorge Faurie, ex Canciller de Cambiemos y con ambiciones de participar de lo electoral, y el propio Miguel Del Sel, que viene pidiendo pista y hoy es una herramienta fundamental en el reclutamiento de dirigentes provinciales, son otros dirigentes que están listos para ponerse el traje.

Del Sel es una piedra en el zapato para los demás espacios del frente, ya que su decisión de participar en una interna lo coloca como el gran favorito, y eso puede ser una moneda de cambio a la hora de las negociaciones por los cargos electivos. Inclusive, va a ser de suma importancia la boleta de diputados provinciales, y puede ser una alternativa para ser competitivos en esa categoría y pelear los 28 escaños.

Del Sel y Faurie tomando un café, hace algunas semanas.

Lo mismo sucede con Losada, aunque nadie descarta que su juego esté también apuntado al armado nacional, siendo ella una buena compañera de fórmula de algún candidato a la presidencia. Galdeano hoy la tiene como su herramienta para poder sentarse a charlar con sus pares, está en el proceso de armados de equipos técnicos que la puedan acompañar en una hipotética gestión, y en toda charla menciona que va a ser candidata a gobernadora. Si es un juego o una realidad, lo sabremos recién el año próximo.

Respecto a la relación con el socialismo, el PRO no se desespera. De hecho, es raro que se conforme un espacio en común con ellos, dado que representan otros valores a los que comulgan desde hace muchos años. Lo mismo que le sucede al partido de la rosa, le pasa al macrismo pero a la inversa: mira de reojo conformar un frente con quienes hicieron crecer la planta del Estado en un 50% entre 2007 y 2019, y con quienes creen responsables, por acción u omisión, que Rosario y la provincia hoy tengan estos niveles de violencia.

El futuro cercano marcará un rumbo, pero por el momento no le conviene a nadie que el socialismo dé el salto: ni a los socialistas porque perderían su juego mediático y político actual, ni al gobierno provincial para que no se conforme un frente electoral unificado, ni a JxC por la irrupción de Milei conquistando votos al grito de “son todos lo mismo menos yo”.

En lo que respecta a lo nacional, el PRO en conjunto con el radicalismo desde la Mesa de Juntos por el Cambio emitió un comunicado hace un tiempo contra la figura de Javier Milei. El libertario preocupa a los dirigentes que integran el espacio porque avanza sobre parte del electorado que es capital activo de ellos. La decisión se tomó a los apurones y, tal vez, haya sido un error no forzado.

Milei junto a Romina Diez, su referente en la provincia.

La posición de algunos, inclusive del rosarino Angelini y de otros integrantes de la Mesa, es potenciar el discurso propio e ignorar lo que dice Milei, ya que muchas de las líneas discursivas de él son argumentos que JxC viene defendiendo desde hace décadas. Enfrentar el avance del kirchnerismo, equilibrio fiscal, enfrentar el abuso de planes sociales, mejorar la eficiencia del Estado, que los delincuentes sean tratados como tales, Justicia para los ciudadanos de a pie, baja de impuestos, entre otras cosas, han sido la base argumental de Cambiemos en todos estos años y entregar eso a un outsider sería un error de base.

Subirlo al ring y enfrentarlo sólo potencia a un candidato que viene generando un camino similar al de Bolsonaro en Brasil. Desde lo disruptivo y lo políticamente incorrecto, supo construir una imagen que lo coloca como la anti política y engloba en un mismo concepto a todos los demás: la casta. Desde allí, comenzó a conquistar a un electorado joven, al descreído del sistema, y es transversal a todas las clases sociales. Quiere ser candidato a presidente y amenaza con quitarle, por derecha, gran parte de los votos a JxC.

Por otro lado, en Rosario el macrismo se reacomoda con los candidatos que ya fue construyendo en estos años. Charly Cardozo o Anita Martínez, concejales, pueden ser quienes representen al macrismo en la boleta de intendentes, y dependerá de cómo se posicionen en el tiempo que resta y de las necesidades que aparezcan. También Chumpitaz, diputado nacional, se juega su ficha. Además, se menciona la posibilidad de que surja un tapado con quien las charlas están avanzadas. Sin tener la posibilidad de conocer el nombre, es un empresario local y está con los botines listos para saltar al campo de juego.

Anita Martínez y Charly Cardozo, junto a Martín Rosúa y Soledad Ruiz de Galarreta.

Pablo Javkin está lanzado como candidato a gobernador, aunque ni propios ni extraños se sorprenderían si sobre principios del año próximo decide ir por la reelección en la ciudad. Si eso sucede, es probable que sea por dentro de un nuevo frente electoral, y allí sería difícil salir a competir contra el actual intendente para el PRO. En ese sentido, las candidaturas se van a definir según lo que suceda con el resto de los actores.

Hoy el PRO está en proceso de rearmado, con dirigentes disipados por distintos sectores de Juntos por el Cambio. La derrota en la interna del año pasado fue dura, pero si miramos la foto del resultado final fue una contienda muy pareja que le dio una luz de ventaja al radicalismo encabezado por Losada. Con un esquema nacional fortalecido por la posible interna entre Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, y un renacer de lo local con algún candidato que aún está en las sombras, puede recuperar la mística tras el golpe del 2021.

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