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Opinión

¿Pájaro en mano? El peronismo discute asegurar Rosario o ir por todo

El peronismo santafesino se reorganiza en medio de una crisis nacional que golpea a todas las gestiones. Administrando carencias, todos los oficialismos tienen que empezar a andar un camino hacia el 2023 en donde la voluntad de poder se ve restringida por las urgencias de la ciudadanía.

Sin embargo, hoy el PJ está definiendo estrategias para la construcción por lo bajo y busca nombres para las candidaturas que se vienen. Entre sostener la provincia y recuperar a Rosario después de medio siglo, los objetivos son disímiles para un gobierno provincial que intenta recuperar la mística justicialista.

Marcelo Lewandowski es la figurita difícil de cara al 2023. Hay una puja entre distintos dirigentes que pretenden catapultarlo a la competencia hacia la gobernación, y otros que creen que si juega su partido en Rosario como intendente puede resultar victorioso dentro de una interna amplia.

Los más osados, que lo quieren llevar a la Casa Gris, están seguros de que hoy es el candidato más competitivo para frenar la ola anti peronista que se gesta con el armado del frente de frentes.  Los otros indican que es exponerlo a una contienda muy difícil, siendo que es un alfil que prácticamente te asegura ganar después de 50 años la que alguna vez fue conocida como la “Capital del Peronismo”.

Además, dentro del análisis, es muy difícil que el PJ logre una victoria en el plano provincial sin asegurar a la ciudad que te aporta el 40 por ciento de los sufragios emitidos. Por lo tanto, si el peronismo quiere seguir al frente de la bota santafesina, primero debe desarrollar una estrategia en el plano local. Sea Lewandowski o no, tiene que salir a buscar la victoria en Rosario de una vez por todas y dejar de administrar oposición, más allá de que el sistema sea con boletas únicas separadas.

En este contexto, con un Perotti alejado de Alberto Fernández, Agustín Rossi apretó el acelerador, trajo hace una semana a muchos ministros nacionales y ya lanzó a Leandro Busatto, diputado provincial de su seno íntimo, como el primer anotado en la carrera a gobernador. La interna nacional también juega en Santa Fe con la cercanía del “Chivo” al presidente, y los acuerdos electorales que ya existieron –y no son más sorpresa- entre Cristina Fernández de Kirchner y el perottismo.

Busatto se anota en la carrera hacia la Casa Gris.

Roberto Mirabella es el hombre de confianza al lado del gobernador, referente de las bases de Hacemos Santa Fe y diputado nacional, que tiene ambiciones de, al menos, anotarse en la lista y esperar el movimiento de fichas. En este caso, como lo es en el de Busatto, saben que deben empezar con una campaña agresiva desde los medios y las calles para levantar el nivel de conocimiento antes de llegar al 2023, si es que pretenden competir seriamente.

Mirabella es parte de la mesa chica del gobernador.

Y con la ley de cupo debe haber una mujer acompañando a cualquiera de estas figuras. Allí, Celia Arena, ministra de Gobierno, y la rockstar de la pandemia, la ministra de Salud Sonia Martorano, son dos nombres que pican en punta para conformar la fórmula a gobernador y vice dentro del núcleo del perottismo. Otra mujer que viene creciendo desde la juventud y desde su participación en los temas de género es Lucila De Ponti, diputada provincial del Movimiento Evita. Es un nombre que puede sumar en un acuerdo amplio de ese sector con el rossismo.

Martorano, pilar de esta gestión del gobernador Perotti.

En el esquema rosarino, si Lewandowski baja y compite en la local, se puede llegar a conformar una interna amplia y competir contra el ex ministro de Gobierno y de Trabajo, y actual funcionario de la cartera laboral nacional, Roberto Sukerman, de La Corriente conducida por Rossi. Y a ese enfrentamiento, puede adosarse la figura de Juan Monteverde, de Ciudad Futura, para contrarrestar el avance anti PJ que se viene gestando también en lo local.

Esa alianza grande se intentó en 2019 y fracasó a último momento. Pero tanto Lewandowski, como Sukerman y Monteverde están dispuestos a intentarlo nuevamente. Si se logra el acuerdo programático y electoral, las chances de victoria para este espacio en Rosario son enormes.

La danza de los nombres no comenzó ahora, ni tampoco va a terminar pronto. Pero no hay muchas más alternativas para que el peronismo presente sus competidores de cara a una elección que estará condicionada por el humor social, la crisis económica y de seguridad, y por las decisiones que se tomen en el armado nacional. Por lo pronto, las PASO van a ser las herramientas para crecer desde las internas, y el PJ no les ha esquivado en el último tiempo.

El armado y los celos

Pablo Javkin amplía las fronteras de CREO y busca conquistar localidades en una especie de TEG para poder posicionarse en su candidatura, ya admitida públicamente, hacia la gobernación. Inauguró un local en San Lorenzo con la presencia de su armador Ariel “Facha” Bermúdez y el presidente del partido Mariano Roca. Ya había estado presente el radical e intendente de la localidad Leonardo Raimundo, radical, en el Foro para la reconstrucción la semana pasada, y ahora tras este avance crecen las sospechas de que existe un diálogo fluido entre ambos por lo bajo.

Ariel “Facha” Bermúdez y Mariano Roca, representando a Javkin.

Fernando Dagatti, subsecretario de Derechos Humanos y Defensa al Consumidor de San Lorenzo, fue uno de los oradores y anfitrión del evento en un restaurante del famoso convento de la ciudad. Sin embargo, no estuvo el intendente rosarino Pablo Javkin, a pesar de que fue el tema central de los discursos, en los que abundaron elogios hacia él y su empresa de buscar el año próximo la conquista de la Casa Gris.

El avance de Javkin generó que el sector del radicalismo que llevó a Losada como candidata a senadora levante la guardia y mire con cierto recelo algunas actitudes en los últimos días. El Foro en el cual anunció que sería candidato, la ordenanza anti lavados –Rosúa, del espacio radical, tenía una similar y ni siquiera fue invitado a la presentación del proyecto-, y la falta de diálogo fluido hacen que se distancien las figuras que tienen que acercarse para discutir el plan en conjunto.

Martín Rosua, alfil de Galdeano y figura de la UCR rosarina.

La lógica era que Javkin enfrente en una interna fuerte a Pullaro, a un candidato del PRO y a otro del socialismo. O al menos ese es el sueño de todos. Sin embargo, sienten que el intendente adelantó plazos, se cortó solo y ahora hay que recomponer la relación. A veces, sacar la cabeza pronto te convierte en un blanco fácil, y los celos en la política, nada nuevo por cierto, son un factor a tener en cuenta.

Desde el espacio de Javkin hay sorpresa, porque entienden que aceptar la candidatura a gobernador y largarse tanto tiempo antes ya debería ser un gesto para que la UCR se aglutine detrás del intendente de Rosario. Y entienden que esto puede generar algo de ruido, pero no para que se llegue a una ruptura prematura.

Los candidatos, según ellos mismos, son todos Messi y Cristiano Ronaldo juntos. Y es tarea de los armadores ir frenando el ego creciente a medida de que se sienten posibles ganadores, o al menos con chances de competir. Y si están pensando en un espacio heterogéneo, administrar esas personalidades va a ser el trabajo más duro que tengan los que por lo bajo intentan tejer una plataforma que los lleve a una nueva victoria que desbanque al peronismo de la Casa Gris.

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