El “Mes D” será febrero. Finalmente, la tarjeta SUBE de transporte de pasajeros arribará a Rosario tras varios años de reclamo y discrecionalidades a la hora del reparto de subsidios nacionales para el interior. Para eso, fue necesaria la creación de un bloque de intendentes federales y la llegada de un hombre de la ciudad a la cartera que conduce Alexis Guerrera.
Tras el tire y afloje, se le dará la salida a la tarjeta sin contacto local, que entró en vigencia en noviembre de 2011 y que al sumársele el sistema de Taxis y Mi Bici Tu Bici en 2015 pasó a llamarse MOVI. Poco más de 12 años después se dará el desembarco del plástico que financia el gobierno nacional.
Con la transición, se pasará a subsidiar a la demanda y no a la oferta, como funciona el sistema en la actualidad. En la misma línea, se logrará conocer la trazabilidad y cantidad de pasajeros en tiempo real, además de las líneas en circulación y los kilómetros que se recorren.
La instalación de la SUBE en Rosario extenderá el atributo social de un 55% de descuento para la llamada “población vulnerable”, comprendida por jubilados, pensionados, trabajadores domésticos, ex combatientes y beneficiarios de Anses. Sin embargo, el secretario de Transporte de la Nación, Diego Giuliano, explicó en diálogo con RedBoing que “si bien reemplazará a los sistemas locales, no impedirá que se continúen otorgando -a cargo de cada una de las jurisdicciones- los beneficios que cada uno tiene”.
“Un ejemplo de ello es la provincia de Santa Fe, que tiene un boleto educativo financiado por el Estado local y seguirá en esas condiciones. Se deberá hacer la compatibilidad tecnológica para usar la misma tarjeta sin contacto”, añadió. Sus palabras fueron en el mismo sentido que las del intendente de Rosario, Pablo Javkin, quien en una entrevista con RedBoing había expresado que ambos sistemas no podrían coexistir y que se buscaría la forma de que con SUBE se pudieran abonar los servicios de Taxis y Mi Bici Tu Bici.
Por ahora el acuerdo entre el Estado nacional y la Municipalidad no fue rubricado, pero todos los caminos conducen al sello final. Giuliano detalló que el procesó tendrá varias etapas “pero para el inicio del ciclo lectivo de 2023 tiene que concretarse en la ciudad”.
Uno de los aspectos que se debían resolver era determinar qué organismo se haría cargo del cambio de las canceladoras -máquinas sobre las que se marcan los boletos en los colectivos-. No obstante, el secretario de Transporte confirmó que las gestiones se encuentran en marcha para que su cartera remita las 700 maquinarias y que “Rosario no tenga un costo adicional”.
Por su parte, el último domingo Javkin puso el foco en el “subsidio directo a un sector de la población que no podría afrontar el costo total del boleto” que llegará con la SUBE, y que “a nosotros nos permitirá acercarnos más a un costo real para otros sectores de la sociedad”.
Todos los caminos conducen a un nuevo cambio en la dirección del sistema de transportes en Rosario. Luego de poco más de doce años, Rosario se pegará a gran parte de la Argentina y tendrá un punto más a favor cuando se distribuyan los subsidios. La SUBE no solucionará los problemas del TUP en la ciudad, pero ayudará a ciertos sectores a hacer frente a las tarifas.
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