Después de la cuarta semana del juicio a Esteban Lindor Alvarado, empiezan a confirmarse los intereses que hicieron posible su aparición, desarrollo y notable poder económico y de fuego en la zona del Gran Rosario.
Palabras que surgen desde el Centro de Justicia Penal como también de los juzgados federales rosarinos donde también se inició una causa contra “el Esteban” por traficar casi media tonelada de marihuana que fueron interceptadas en la provincia de Río Negro.
Alvarado es, hace y deshace porque lo dejaron ser, hacer y deshacer, marcamos desde la primera nota. Muchos años y muchas complicidades están en el ADN del supuesto vendedor de sábanas y toallones.
El fiscal federal Fernando Arrigó quedó sorprendido por “la presencia de testaferros y el entramado económico de empresas y sociedades” que existen alrededor del ex “rey del corte” de automóviles de alta gama.
“No he visto otra causa así en esta jurisdicción, la profundidad del manejo de los fondos. En el resto de las causas que normalmente vemos, hay una persona que es la que da las órdenes, que dice dónde se vende la droga y cuáles son los bunkers o si hay que abastecer a tal o cual, así como el precio. Pero en esta causa de Alvarado la gran diferencia es el entramado económico que funciona para manejar el dinero gestado de ese modo. Lo importante será ver quién está detrás de esas empresas, que vale aclarar seguramente se ventilara en otra causa por lavado de activos que merced a un convenio quedó en el fuero provincial”, agregó Arrigó.
Según el fiscal federal, la organización de Alvarado es la más compleja con la que se enfrentó. Hay una ingeniería financiera con testaferros, que “incluyen bancos y conexiones al extranjero…Nunca había visto una causa así. Nos enfrentamos en Rosario a empresas delictivas de gran nivel de complejidad, con funcionarios bastante importantes implicados, todo lo cual hace muy difícil establecer los responsables, pero ahí es donde hay que atacar”, remarcó el fiscal.
La referencia que hace el fiscal federal sobre bancos implicados lleva la causa Alvarado a la verdadera dimensión del negocio del narcotráfico y la violencia urbana: la naturaleza económica del sistema en los últimos cincuenta años.
Desde Naciones Unidas al Banco Mundial, pasando por el Fondo Monetario Internacional y la Organización para la Cooperación y Desarrollo de Europa, sostienen que las cinco principales arterias que alimentan el mundo son el petróleo, las armas, los medicamentos, el narcotráfico y la trata de personas. Y que semejante movilización de dinero es parte del sistema financiero: 30 por ciento del mismo, en el planeta, el país y las grandes ciudades procede de estos comercios ilegales pero reales y tangibles como la venta de cereales y departamentos.
Queda por conocer el nombre de esos bancos y también las identidades de los que manejan la democratización de las armas en Rosario en particular y la provincia de Santa Fe en general. De allí que uno de los dramas cotidianos es consecuencia de una realidad del triunfo de esos negocios por sobre los supuestos valores sociales: es más fácil encontrar un arma en cualquier barrio que trabajo estable y en blanco.
Eso también está revelando el caso Alvarado.
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