En la tarde noche del viernes, cuando el chofer del interno 106 de la línea 132 de MOVI Rosario comienza a sentir síntomas de descompensación por lo que da aviso a la empresa. Con el objetivo de llegar a punta de línea para no interrumpir el servicio y perjudicar a los pasajeros, se detuvo en la Ciudad Universitaria.
En primera instancia es asistido por su padre (que conducía el servicio posterior) y luego fue atendido por profesionales médicos del sistema de emergencia. Además de un control general del conductor, posteriormente, se le realizarán exámenes de alcoholemia y narcolemia.
Según algunos testigos que estuvieron dentro de la unidad al momento que el chofer sufrió esto, relataron: “El chofer estaba en shock, llorando y zigzagueaba con el vehículo”. Ante la desesperación de los pasajeros por el comportamiento del conductor, le pedían que parará para poder bajarse y el mismo no quería reaccionar.
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